El 6 de febrero de 2017 llegaba al centro poblado Virgen del Carmen (Ñaña) el P. Julio César Martínez. Allí le esperaba el P. Carles Such residiendo en la comunidad de los hermanos de San Gabriel que abandonaban el colegio que los escolapios íbamos a acoger como primera fundación en el Perú, la I.E. Fe y Alegría 41. Una escuela popular de inicial hasta el final de la etapa escolar con casi 1200 estudiantes.

Cerros pelados, caminos sin asfaltar, casas de estera, madera y poco concreto, albergaban a más de 4000 familias en este centro poblado a 20 km de Lima.

Cuatro años después, impresiona constatar la fecundidad y la riqueza del carisma calasancio en una tierra con ‘hambre escolapia’. Teniendo el colegio como centro de nuestro ministerio escolapio (alumnos, profesores y familias), nos hemos visto inmersos en una apasionante espiral de comunión que nos ha posibilitado acompañar diversos procesos pastorales y educativos de la diócesis a la que pertenecemos (Chosica-Lima Este), apoyos formativos y espirituales a otras congregaciones religiosas y al seminario diocesano.

Hoy, los escolapios en Perú, con la llegada del P. Checho Mesa, en una misión que vivimos con laicos voluntarios que conforman las dos comunidades compartidas y un laicado autóctono incipiente pero muy prometedor, estamos gestionando dos colegios (el año 2020 acogimos la I.E. Fe y Alegría 5 en el distrito de San Juan de Lurigancho cerquita de Lima) y dos capillas, acompañamos la pastoral juvenil diocesana, la pastoral educativa de la diócesis, el asesoramiento de los profesores de religión y abiertos a una mies humana fecundísima que nos rodea donde el evangelio vivido al estilo de Calasanz va impregnando las vidas de muchas personas sencillas con las que vivimos.

Cuatro años después, podemos afirmar con agradecimiento al Dios de la vida, que esta nueva fundación es un regalo de la Providencia y embellece aún más, este cuadro escolapio que es la Provincia de Nazaret (Colombia-Ecuador-Perú).

Agradecemos a los religiosos que están escribiendo estas primeras páginas de la historia de las Escuelas Pías en el Perú y a Nancy, Edgar, Marina y Andrea por su generosa entrega.

Por Carles Such, Sch. P